Conmemorando los 80 años de la creación de la Compagnie Générale Aéropostale, Air France presenta una muestra en español consagrada a esa compañía ligada al origen de la aviación argentina.
La historia comenzó en 1917 cuando Pierre Latécoère, un industrial de Toulouse, recibió el encargo de fabricar una serie de aviones de guerra. Latécoère pensó que apenas terminada la contienda, había que darles a esas máquinas un uso pacifico y concibió la idea de establecer un servicio postal regular entre Paris y Buenos Aires.
La compañía que en sus inicios fue conocida como "Lignes Latécoère" creada en 1918, por Pierre-Georges Latécoère fue cedida en 1927 a Marcel Bouilloux-Lafont siendo rebautizada con el nombre de "Compagnie Générale Aéropostale". El 14 de noviembre de 1927 llegó a Buenos Aires haciendo el primer enlace aéreo entre nuestro país y el viejo continente.
Entre los pilotos más destacados se encontraban: Jean Mermoz, Henri Guillaumet, RaymondVanier e Antoine de Saint Exupéry.
Además de los héroes que murieron en el océano o contra la ladera de una montaña, estaban los hombres de negocios, los pioneros que, con una mente comercial inflexible, desde sus escritorios, vencieron sus propios sentimientos y llegaron a sacrificar a sus amigos pilotos para poder lograr lo que todos querían. Unos y otros tenía la misma finalidad: cumplir con los horarios y las entregas y acortar los plazos de llegada de una carta.
A la aventura del Atlántico, se había sumado un socio esencial para la realización del proyecto. Era el financista Marcel Bouilloux-Lafont, uno de los hombres de negocios más destacados de América del Sur, que buscaba contrarrestar la influencia de los alemanes y de los norteamericanos en el continente. Además, contribuyó a la creación de empresas-hermanas, como se las llamó, encargadas de transportar el correo hacia destinos que no era capitales de países. Entre ellas, se encontraba la Aeropostal Argentina, que volaba a la Patagonia y que contaba a Saint-Exupéry, entre sus aviadores. Ya en el año 1930, la empresa cubría 17.000 kilómetros, empleaba a 80 pilotos y tenía 218 aviones y 21 hidroaviones.
Una de las hazañas más impresionantes de ese período de pioneros fue el cruce de los Andes por Mermoz. Joseph Kessel narra con riqueza de detalles esos hechos en su biografía Mermoz.
Henri Guillaumet es otro de los pilotos notables de la Aéropostale. Para algunos, era el mejor de toda la compañía, incluso hasta mejor que Mermoz. Mientras que éste era el pionero que abría rutas y pasaba de una proeza a otra, Guillaumet era el que encarnaba más que ninguno el espíritu de la Compagnie.
Ni las tormentas ni las montañas abatieron a la Aéropostale sino la crisis económica de 1929. La Compagnie quebró y en 1933, se creó Air France, nacida de la fusión de las líneas francesas comerciales.